Muy contento porque mi ídolo
Harrisonopio, me permitió estar en uno de los ensayos de la banda. A él
casi no lo dejaba ensayar porque le hacia muchas preguntas. Y
Harrisonopio no decía nada, seguía componiendo, pero el FamacCartney
mandó callarme. Retraído y regañado hice lo que se me indicó, pero en un
susurro le dije a Harrisonopio que traía conmigo la letra de una
canción, para ver si le servía de algo.
Cuando terminó el ensayo, Harrisonopio
me pidió el pedazo de papel donde, días atrás, hube escrito la letra de
una canción en la que plasmé la tristeza de un cronopio con el corazón
roto. Harrisonopio le dijo a FamacCartney que lo siguiera en la batería
ya que Ringopio estaba en el baño, pues los tacos que le llevé le
produjeron malestar estomacal -Lennopio estaba muy ocupado tratando de
entenderle a su oriental esposa, así que estaba distraído-. FamacCartney
dijo que no podía acompañarlo porque su chofer ya estaba esperándolo en
el auto.
Harrisonopio no le dio mucha importancia
al desaire. Tomó su guitarra y el papelito con mis letras, después
comenzó a tocar, bueno, al menos eso intentaba él, porque yo no paraba
de interrumpirlo.
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