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Mostrando entradas de julio, 2015

Alguna vez frente al mar

Necesidad de buscarte para desearte feliz día, después cruzar la calle y verte desde el delgado poste que no logra esconderme. No quiero. Te veo por la ventana. Caminas sin saber que estoy todavía queriendo, esperando la oportunidad. Hablas con alguien. ¿Quién es? ¿Tu marido? ¿Tu amante? ¿Quién te hace reír tanto? Ah, bendita eres entre todas las mujeres… ¿Adónde vas? ¿Te sigo? Allá te alcanzo. Sé perfectamente el lugar al que vas. Tu desayuno. Predecible. Bostezo. Vuelves a tu casa y comes rápido. Nunca has aprendido a saborear la comida ni la vida. Todo es diametralmente opuesto a la felicidad lo que vives a diario. ¿Cómo puedes soportarlo? Los hombres, dices. Sí, te entiendo, lo entiendo te lo juro, pero no puedo. Te acompaño al trabajo. A la distancia me despido de ti. Paso en la noche. Ahí estás, caminando por la calle donde nunca pasa nada, ¿cierto? Rutinaria. Sabes cuánto me gusta ver el mar por las noches. Ven. Desvíate del camino. Sólo por hoy. Juro te haré el daño nece