Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2012

Los pasos

No tengo nada más que dar. En la callada y sonámbula noche, los faroles se contonean y parecen campanas repicando para sus adentros; llamamiento a los fieles que no están, no acompañan mi andar. El sonido de mis pasos solo es taconeo lóbrego para mis oídos, y las huellas que voy dejando detrás mio, son tragadas, saboreadas, por las lenguas negras de la oscuridad, junto con mi exánime cuerpo que yace sobre la acera metros atrás. Los curiosos se acercan murmurando algo que me es imposible escuchar. Y no me detengo, sigo caminando por las calles empedradas: no falta mucho para llegar a casa.

Falso chamán

Devoro cada una de tus palabras como si estas se fueran a terminar, como si supiera que ya pocas te quedaban para darme. Y cuando las profecías me alcanzan y de tu boca sale solo vaho, de un bocado lo engullo y caigo junto contigo, con la pena por verte flácida y quieta; con la desesperación del que quita la vida sin quererlo. Trato de revivirte e intento con mis manos -hoja medicinal, savia por dedos-, pasarlas sobre todo tu cuerpo, como chamán en la profunda selva, regresarte a mi vida, pero no lo logro, nada pasa y me recuesto junto a ti, para sufrir la penitencia.

La firma

Arrastraba el cadáver por la oscura habitación custodiada por sombras errantes, formadas por el haz de luz que se colaba por la rendija de la puerta. Secaba el sudor de mi frente con la palma de mi mano. Risas en la lejanía sobresaltaban cada fibra de mi cuerpo: los ojos que se abren como soles inmensos esperando ser descubiertos por alguno de los invitados a la fiesta de cumpleaños de mi esposa. Se detiene una mano negruzca en mi hombro, me toca: giro sobresaltado, de mi boca expulso el miedo que se disipa de inmediato cuando veo que es solo un brazo de los tantos formados a causa de la luz que corta en tiras a la oscuridad. Tranquilo… me dice mi mente, pero el sudor escurriendo por mis axilas, frente y cuello dicen lo contrario: hace que me apresure, y mi brazo no puede más por el peso que arrastra. Manchas, vereda negra que surca el mosaico grisáceo, hace que el pánico aparezca: ¡me descubrirán! ¡Estoy tardando demasiado! Cierro los ojos intentando pensar con claridad, y los

Carolina

Me ganó el deseo por verte esta noche, Carolina. Vuelves a atraer a este cuerpo simple, básico y pasivo, una vez más. Arrebatas mi razón cuando levantas lentamente tu vestido y muestras la mitad de tus muslos; sacudes con tus manos tu larga cabellera y me mandas un beso que no termina por desprenderse de tu boca. Quiero decirte tantas cosas, pero todas las palabras se tropiezan y son incapaces de desasirse de mi lengua, al ver tu dedo índice pegado a tus labios. Tiemblo. Te recuestas sobre la cama y bajas despacio los tirantes delgados que sostienen el vestido que me impide verte como yo quiero. Provocas todo lo que ansío darte cada noche, pero ocurre lo de siempre, Carolina. Pasa que al tocarte mutas en él, en aquél con el que te fuiste meses atrás, sin importarte la profundidad de mis heridas provocadas por tu engaño. De inmediato despierto gritando, quebrantando a la noche que se encoje al verme malherido, al tiempo que acaricio el vestido; tu vestido que abrazo

REVISTA LITERARIA MONOLITO

Con una idea clara nace un proyecto nuevo de revista literaria. Necesitamos, urge, que este país (México) cambie su mentalidad. Debemos acercar la literatura a la gente que entiende por libro algo inalcanzable y difícil. Acerquemos a las personas de a pie las letras para que se den cuenta de que éstas existen, no muerden y, sobre todo, que aprenderán y se divertirán al mismo tiempo. Esa es una forma de contribuir para el mejoramiento de esta sociedad. Evidentemente, con una sociedad más culta, tendremos mejores gobernantes, pues sabremos escogerlos mejor. Dejemos que cada persona se eduque en base en lo que la cultura puede ofrecerles: en este caso la literatura. Bajo estos ideales nace la revista literaria gratuita Monolito . La fecha de salida será el 2 de mayo. Arte de portada: La casa amarilla de Sergio Astorga. Para colaborar en el terreno de relato, microrrelato, poema, ensayo, reseña literaria, pintura y escultura, ponemos a su disposición el siguiente correo e

Jueves

Perdóname por todo lo que te harán, por todo lo que vas a sufrir, por los oscuros días que te esperan. Esas palabras resonaron por toda la bolsa orgánica que lo envolvía, al tiempo que veía delante de él, una luz que se internaba en su oscura morada; algo lo empujaba hacía el fulgor que se acrecentaba de a poco. De pronto, sintió unas manos frías, delgadas, que lo sostenían en el aire. Ahí, lloró por el miedo a lo desconocido.  Pero hoy, aquí en el Huerto de Getsemaní, en esta noche de luna viva, lo veo doblado, musitando, orando, llorando; pero ya no llora por no saber qué pasará, sino por recordar la disculpa que su padre le ofreció treinta y tres años atrás.

Carta a Leonor

Querida, Leonor: Si el querida te parece palabra necia por el que la escribe, te pido me perdones, pues con qué cara estoy frente a la hoja en blanco cuando me dices que para ti ya soy pasado. Pero no encuentro otra forma para expresar lo que siento. Conoces mis grandes defectos, y uno es mi rostro inexpresivo cuando preguntabas si yo era capaz de amarte; reprochabas mi “sí” tímido, retraído, sin alma: te molestabas al grado de darme la espalda, y tú con la cabeza gacha, murmurabas algo que yo era incapaz de descifrar. Caminabas lentamente como esperando sentir la mano del que decía amarte, sobre tu hombro y con palabras del arrepentido por sus actos retraídos, te dice al oído que lo perdones. Esperas que sus manos rodeen tu cintura y bese tus mejillas, pero ese no fui yo y lo lamento, Leonor. Culpa a mi naturaleza por haberme hecho de esta forma: tipo ensimismado en sus problemas y en sus culpas. Encarnizadas batallas contra sus ansiedades que por momentos lo dominan; culpa

Revista literaria independiente MONOLITO

                                       PROXIMAMENTE

Autoexilio

Apenas madrugada para mi alma confinada al olvido de ese corazón tierno, dulce e inocente. Autoexilio de tu cuerpo: tierra fértil viva; añoranza que sufro al rememorar caricias, besos, alientos en mezcla perene. Terreno surcado por los sueños que creíamos podríamos realizar, pero al no ser capaz de llenar las oquedades que me hicieron tropezar; te veo alejándote, mirando de reojo para ver si acaso puedo volver a andar; pero no te detienes y ha sido porque te lo dije noches atrás: “si me ves caer en mis abismos, no esperes que de mi quede algo vivo, sigue adelante aunque me veas llorar”. Y veo que estiras el brazo justo cuando la bruma te engulle, no temas, que pronto sentirás tu mano tomar, y espera a que él te haga olvidar, al tipo que no supo dar.