A solas, de madrugada, déjate engullir por lo negro, baja el ritmo cardiaco, oculta la luna cerrando las persianas o recorriendo las cortinas de tu habitación para que de ella nada sepas. No te preocupes: los vecinos duermen, la calle deambula para sí misma y es muda ya. La vida deja de fluir, no existe, no como la conoces, no en cuerpos y movimientos… espera. ¡Quédate quieto y cierra los ojos y no pienses en nada…! Lo vas a escuchar te lo aseguro, solamente quédate sentado o de pie pero inmóvil, recuerda que él es tímido, resucita cuando duermes, y es que sale cuando te ve quieto y con los ojos cerrados, ¿ves por qué debes engañarlo? Para él no existe el tiempo, así que no desesperes, aguanta, ya te vio, eso seguro… Puede estar detrás de ti, descifrando tu lenguaje corporal, no mires, aún no. Déjalo creer, engáñalo. Podrías sentirlo si quieres, puedes imaginarlo en tu habitación, caminando despacio, su figura negra y espesa confundiéndose contigo y con todo. La madera truena y es...