Me siento tan débil, cansado, con el estomago descompuesto; con su inerte cuerpo sobre mis hombros, lo cargo y sigo, mientras sus huesos se hacen más pesados. Un bulto de muerte se enreda en mi cuello, me aprieta –castigo merecido-, y hace unas horas que se ha ido, pero sigue aquí conmigo, no me suelta. Quiero desprenderme de su figura en mi mente y no puedo, su lengua me recuerda que fue fiel hasta que no pudo ni levantar la cabeza para mirarme. Culpa cubierta de pelaje blanco, recuerdo perpetuo; sentirnos en la infancia del primer encuentro -remembranza perene-; inocencia perdida con los años no me vuelve; en tu lenguaje: amor de perra. Toda una vida y tan distintas; aún no sé si te deje morir o es que sabía lo inevitable. Dura hasta el final, vientre de perra pueblerina donde te gestaste, de ahí la fuerza que siempre demostraste. Roble, hierro, piedra por cráneo, dientes que trituraban huesos como si tuvieses 5 años y no 17. ¿Adónde irás? ¿Dónde estás ahora?, pues en el espejo no te veo sobre mis hombros, aunque te sigo sintiendo. Una lágrima lejana se ha derramado por ti, nada más. Triste estoy por no llorarte, la lagrima que esperas se esfumó contigo en cuerpo. Pero ¿y por qué soy incapaz de llorarte si fuiste más mía que de ningún otro? ¿Te dejaste morir o no descifré tu lenguaje de perro? Señalo a la vejez como culpable de tu partida, a la nebulosa que se ponía frente a tus ojos para cegarte, a tu nariz deformada, seca, ya no negra. A tu andar vacilante y a tu caída sobre pasto fresco. A tu lamento sonámbulo. Culpo a todo para no culparme y que no duelas: imposible.
Ladra esta noche que mi oído no dormirá. Manda callar a tus vecinos perros, que el tuyo resuene en el firmamento. Te siento ya en mi lágrima, el estrés se derrama, se exilia de mi cuerpo, y es por ello que sé debo terminar esta elegía que te ofrezco como ofrenda y despedida.
Mascota eterna, te abrazo, siempre.
Un texto lleno de ternura. Honras con mucho cariño la marcha de tu mascota. Lo siento. Son pérdidas muy dolorosas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por leer este texto y comentarlo. Abrazos.
ResponderEliminar