Ir al contenido principal

Reseña del libro Job aterido

El libro Job aterido (ganador del concurso de poesía convocado por Editorial Seleer) del escritor español Javier Sachez, embarca al lector en un periplo introspectivo que colinda con dos realidades: la que vive desde la penitencia -mar de recuerdos, visiones aletargadas; mundo surreal que lo lleva de nueva cuenta al lugar del acto-, a la otra, la más real de sus visiones: lo actual. Todo ello se recrea en favor y empuje del personaje para que éste logre llegar a su ansiada esperanza.

El libro está dividido en seis partes donde el poeta consigue sumergir al lector en esas dos realidades que se yuxtaponen sempiternamente, gracias a los monólogos y descripciones que logra generar con versos magníficamente hilvanados.

No hay desperdicio de palabras, todo tiene su razón de ser; lo poético lo consigue en cada verso: es una constelación de imágenes que juntas recrean en cada lectura al lector; es decir, lo integran a la imagen, lo forma, lo dibuja, porque solamente de esta manera consigue que el lector experimente el sentir del personaje como lo expresan estos versos que son parte de Job aterido (pag. 35):

Todos los empedrados caminos,
pintados de cantueso y abril,
empiezan y terminan
y no reconocen
el sabor de tu huella
bajo esta escarcha de cielo repetido.

No puedo dejar de lado la riqueza del vocabulario manejado en Job aterido que, dicho sea de paso, se agradece.

Pueden comprar el libro –papel- en esta dirección:

Formato ebook:

O directamente en Editorial Seleer:

Blog del autor Javier Sachez:

Comentarios

Entradas populares de este blog

La violencia como producto de la sociedad (ensayo leído en el encuentro)

La violencia en nuestro país es un reflejo de nosotros mismos: de todo lo que hemos dejado de hacer en conjunto por el bien y mejoramiento de nuestra sociedad. La historia de México se ha vivido en un marco de violencia desde antes de la conquista hasta nuestros días: somos un país que está aprendiendo a vivir en libertad. No debemos olvidar que somos una nación muy joven con poco más de 200 años de ser una nación independiente. No podemos esperar estar en niveles de calidad de vida comparables con naciones como lo son las llamadas de primer mundo, pues ellos son el resultado de su vasta historia, en las que ya cometieron sus propios errores y de ellos aprendieron. Ahora nos toca aprender de los nuestros. Hay que tomar en cuenta que el ejercicio y aplicación de nuestras libertades las hemos podido ejercer apenas hace muy pocos años y es por está razón que muchos no saben qué hacer con esa libertad: para ser libres hay que saber serlo. Es palpable la violencia dantesca que

Nace un nuevo sello editorial: Capítulo Siete

Amigos, les comparto con mucho gusto este nuevo proyecto editorial que me honra dirigir y que nace de la mano conjunta de los poetas y editores Cristina Arreola Márquez (encargada de la dirección editorial), Mario Islasáinz, al igual que un grupo más de profesionales. Capítulo Siete es un proyecto que hemos estado trabajando desde hace varios meses. La fecha de lanzamiento será en febrero de 2018 junto con nuestro sitio web, pero nuestras redes sociales estarán activas a partir de enero. Capítulo Siete es un proyecto hermano de Revista Monolito; es decir, seguirá funcionando con normalidad pero de manera independiente al sello editorial, aunque trabajando en colaboración en lo que respecta a la difusión por parte de ambos proyectos. Les agradezco mucho la confianza que han tenido en nuestro trabajo desde hace ya 6 años que iniciamos con la revista, y les pido la extiendan a Capítulo Siete. Pasen la voz. Febrero 2018. Juan Mireles

Singular personaje

Al despertar, después de haber pasado el sueño de la expulsión, veo las arrugas en su rostro, pliegues que bajan por sus pómulos; en su frente: surcos, tal vez, por el ir y venir de pensamientos que durante mucho tiempo lo han marcado. Han dejado su huella para la posteridad. No sé, pero según me han contado, por eso los animales no tienen arrugas en la frente: “Es que ellos no piensan y como no piensan pues no tienen surcada la frente” -decían las arriesgadas-. Pues sí, puede ser, y bueno, tampoco me creo todo lo que dicen las que se arriesgan, las que van más allá de lo que podemos ver. De cuando en cuando veía cómo se internaban en dos túneles oscuros que bajaban como en tobogán, eso decían, que bajaban como si fuese un tobogán, y que ahí conversaban con dos cosas redondas, como esferas. En ese momento no sabía qué era una esfera, pero las arriesgadas siempre terminaban aclarándolo todo. Las arriesgadas siempre tenían una respuesta, pues nos platicaban que esas esferas conocían el e