Me
ganó el deseo por verte esta noche, Carolina. Vuelves a atraer a este
cuerpo simple, básico y pasivo, una vez más. Arrebatas mi razón cuando
levantas lentamente tu vestido y muestras la mitad de tus muslos;
sacudes con tus manos tu larga cabellera y me mandas un beso que no
termina por desprenderse de tu boca. Quiero decirte tantas cosas, pero
todas las palabras se tropiezan y son incapaces de desasirse de mi
lengua, al ver tu dedo índice pegado a tus labios. Tiemblo. Te recuestas
sobre la cama y bajas despacio los tirantes delgados que sostienen el
vestido que me impide verte como yo quiero. Provocas todo lo que ansío
darte cada noche, pero ocurre lo de siempre, Carolina. Pasa que al
tocarte mutas en él, en aquél con el que te fuiste meses atrás, sin
importarte la profundidad de mis heridas provocadas por tu engaño. De
inmediato despierto gritando, quebrantando a la noche que se encoje al
verme malherido, al tiempo que acaricio el vestido; tu vestido que
abrazo cada noche.
La violencia en nuestro país es un reflejo de nosotros mismos: de todo lo que hemos dejado de hacer en conjunto por el bien y mejoramiento de nuestra sociedad. La historia de México se ha vivido en un marco de violencia desde antes de la conquista hasta nuestros días: somos un país que está aprendiendo a vivir en libertad. No debemos olvidar que somos una nación muy joven con poco más de 200 años de ser una nación independiente. No podemos esperar estar en niveles de calidad de vida comparables con naciones como lo son las llamadas de primer mundo, pues ellos son el resultado de su vasta historia, en las que ya cometieron sus propios errores y de ellos aprendieron. Ahora nos toca aprender de los nuestros. Hay que tomar en cuenta que el ejercicio y aplicación de nuestras libertades las hemos podido ejercer apenas hace muy pocos años y es por está razón que muchos no saben qué hacer con esa libertad: para ser libres hay que saber serlo. Es palpable la violencia dantesca que
Me ha gustado. Le faltan tal vez unos dos párrafos más antes de la última frase. Después de releerlo, la primera frase no engancha bien con el resto, por lo demás, impecable.
ResponderEliminarGracias por comentar y pasar a visitar el blog. Saludo afectuoso.
Eliminar"Me ganó el deseo por verte... "...Muchas veces sucumbimos inexplicablemente
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