Escuchaba el repicar de campanas a lo lejos. Poco a poco el sonido mutaba en algo menos estruendoso: era como gotas de lluvia cayendo sobre hojas marchitas en otoño. En otras ocasiones era como granizos impactándose contra tierra suelta. El aroma a tierra húmeda me gustaba, lo disfrutaba; es una de las pocas oportunidades en las que puedo sentirme vivo, libre. En algún momento del día ese sonido se transformaba en el de un martillo chocando contra el metal. Con movimientos que siguen el ritmo trágico de mi infortunio. Ahí es cuando regreso a la realidad, en un breve lapso de cordura; confinado a este ínfimo calabozo que es una sentina; con la cabeza totalmente aprisionada por una jaula de metal barnizada en oxido, amarrado de pies y manos; sin rastro de luz. Acompañado solamente por el sonido de la gota de agua que taladra, una y otra vez, la coronilla de mi cabeza.
Les comparto la portada del segundo número de la revista literaria Monolito . El arte en portada es del artista plástico José Molina Jule (El Salvador) con su obra Verdugos de Magdalena. En el número 2 de la revista Monolito encontrarán el ensayo de Gerardo Bono González (México) llamado “El libro sobre la silla” en donde el autor inicia cuestionándose: “¿Debe haber un libro en la silla presidencial? ¿Qué repercusión tienen las lecturas de un primer mandatario en la toma de definiciones? ¿Quiénes gobiernan mejor, los presidentes que han leído, por lo menos a los clásicos, o quienes definitivamente no han recurrido a la literatura para ampliar su acervo cultural?”. Con las letras aún de luto, el escritor y poeta Alejandro Montaño (México), escribe desde lo más profundo de su alma “Carlos: escritor de pluma fuente” a manera de ensayo-descargo por la partida de Carlos Fuentes. Javier Sachez (España) cruza el océano para ofrecernos una reseña literaria acerca del ...
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