Juguemos
a decir tal o cual cosa, que todo valga. Injúriame, qué esperas… Subnormal.
Suave, apenas sentí una caricia. Manipulador. ¡Ja! Me has dejado un ínfimo dedo
marcado en mi mejilla. Corrupto. Rojo el cachete donde cayó el improperio.
Iletrado. Me moviste la mandíbula. Mitómano. Huy, ya no me duele nada…
Petulante. Comienzo a aburrirme. Fatuo. No sé qué quiere decir esa palabra así
que no vale. Político. Ah, ¿ya me toca?: Pueblo.
Y
aquel hombre que se cansó de insultar, cayó exhausto sobre el pavimento, al
tiempo que escuchaba las risotadas del que lo veía desde arriba.
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