A Mario
En la infinita oscuridad te
hallaste, solo, sumergido en tu vértigo quisiste la nada –desafiando a lo
finito-; mas a razón de la incógnita escapaste-no sin heridas- de la inducida
hipnosis.
Ahora, el pedido es que dejes
atrás tus demonios, con ello las soledades, entonces serás de nuevo tú, poesía
viva, y allí, el reencuentro.
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