La no-correspondencia como
perfección del amor
equivale a una tentativa de autodivinización.
Y
en el día aquel que me pensaste derrotado, te procuré todos los amores que
habitan lo vivo, aun sabiendo que sería despojado de lo que tú llamas dignidad,
me dejé en la entrega, con la conciencia y cuerpo en completa proporción
–armonía-, totalmente dado a ti di media vuelta –te extrañaste-, para irme
libre; aunque todavía con amor en el recuerdo y aún a la escucha del llanto de
Venus, lejano, no correspondí.
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