En
los últimos años internet ha sido participe y un medio eficaz para difundir,
entre infinidad de cosas, a la literatura. Cada día más la escritura digital se
expande a nivel mundial. Con ello, la proliferación de escritores alcanzan los
miles. Hay aquellos que lo hacen simplemente como una liberación y no un
oficio, algunos más escriben para ejercer críticas, otros simplemente buscan el
entretenerse y entretener, otros más generan comunidades para encontrar un
espacio en el que se pueda escribir y leer sin ninguna pretensión, en fin, hay
gran diversidad en los porqué se escribe y publica en la red. Está muy bien.
Sin embargo, ese océano de textos y escritores no pasa desapercibido: la
creciente oleada de “editoriales” que publican tu libro de forma digital -al
aportar una pequeña cantidad de dinero- ya se está convirtiendo en un problema,
porque esas ediciones que nos presentan en la red, son descuidadas –regularmente
malas- porque carecen de filtros en todos los niveles -cualquier cosa se puede
publicar-, se aprovechan del sueño del autor de tener un libro publicado. Pero,
el problema mayor de este tipo de ediciones, no es el cumplirle el sueño al
autor -ver su libro publicado y a la venta-, sino el de golpear a la verdadera
literatura: el arte.
Esta
época es la del arte oscuro, porque ya no se ve; es decir, cuando se pierden
las jerarquías, cuando se deja de identificar y reconocer entre lo bueno y lo
malo, pierdes las dimensiones, el terreno es plano: el arte deja de ser arte
para pasar a ser todo. Una taza de
café quebrada de una manera inusual, en esta época, bien puede pasar como arte
y verla expuesta por ahí. Igual pasa con la literatura.
No
está nada mal el que todo aquel que sienta la necesidad de escribir lo haga.
Qué escriban todos los que quieran faltaba más; pero también debe haber un
sentido de responsabilidad hacia el lector. No se puede olvidar que el escribir
requiere de una exigencia individual en distintas áreas del yo. La creación literaria va más allá de
la mera inspiración, ya que el arte literario radica en la forma en que se
logra transmitir esa sensación, la
manera en que se logra plasmar, mediante simbología –lenguaje-, eso que estamos
“viendo”. La belleza, transgresión del lenguaje, ritmo –altos, bajos:
cadencia-; el enfoque que se le quiere dar al tema, la crítica que se quiere
plasmar en el fondo del texto –si se quiere.
El
escritor es vidente, chamán, sacerdote, médico, psiquiatra, enfermedad, vicio,
locura, vida, muerte… herramienta de sí mismo. La crítica lo hace libre. Sin
crítica hay vacío, carencia, silencio, piedra, tierra, hoyo, eco.
Desafortunadamente, estos tiempos no son tiempos, la red ha quitado el tiempo;
la peligrosidad de esto es saltarse pasos fundamentales para el crecimiento de
su escritura. Con la pérdida del tiempo se cree estar listo para ofrecerle al
lector una obra de calidad cuando no es así. Infinidad de editoriales digitales
te hacen posible y te alientan a publicar, te dicen un “estás listo” sin
decirlo, y se cae en la trampa. Publicado ya, no hay mucho qué hacer. La obra
hablará por ti.
Las
grandes cantidades de libros digitalizados, que se venden por internet o que
están en las estanterías virtuales de esas editoriales cumplidoras de sueños,
dañan a la literatura gravemente: el lector casual no los leerá, el lector
voraz no se acercará, y por ende no se recomendará a nadie su lectura: la
pérdida de lectores es y será inevitable, la consecuencia: baja continua en
materia de lectores. No se espere tener lectores con mala literatura, después
de todo es un producto más. El problema mayor entra al juego cuando se pierden
lectores: costos más bajos de los libros, autores más pobres, escritores con
menos posibilidades de que una editorial invierta en ellos, y con ello la
inevitable pérdida de talento. Esto solamente dejaría –como ya está pasando- en
los estantes de las librerías y tiendas a pocos autores talentosos, pero más a
autores con mala literatura pero que hacen pasar el rato, es decir; novelas
como El código Da Vinci, que no cabe
duda que pueden entretener; sin embargo, son novelas de fórmula, escritas todas
igual: siempre es el mismo libro sin ningún aporte a la literatura, a la cultura.
Ya no hablar de los libros de autoayuda, y de personajes del espectáculo que se
atreven a publicar sus vivencias o, en el peor de los casos, que intentan
educar a los “chavos” o a los papás de los chavos, ¿verdad, Yordi?
Aun así la literatura en papel es superior a la digital. En
las editoriales serias hay filtros que exigen ciertos niveles literarios para
poder ser tomados en cuenta –hay una serie de factores que podrían no
publicarte tu libro por más bueno que seas-, y gracias a ello el escritor –no
todos- que tiene los ojos puestos en el libro editado en papel, ejercerá una
crítica mayor y será más cuidadoso con su trabajo, ya que su búsqueda sí será
publicar, pero una obra trascendente. Con escritores más comprometidos con su
escritura, se tendrá mayor cantidad de buenos libros y una mayor y verdadera
cultura.
El
libro digital es aún muy joven, le falta experiencia, le faltan años, no
dejemos que su inexperiencia hunda a la literatura. El viejo sigue ahí, el
libro en papel que se niega a morir porque sabe que todavía no ha llegado su
tiempo, porque sabe que el libro digital no está preparado para subirse al
ring, porque sabe que sus autores digitales no están preparados para
enfrentarse a los autores de papel.
No se, he leído el artículo tres veces para estar seguro, pero... ¿no es puro comporativismo?
ResponderEliminarEsto de publicar es como la evolución. Muchas formas de vida aparecen constantemente, pero solo aquellas adaptadas a su medio sobreviven. Solo los mejores sobreviven. Pero los mejores existen porque lo son en un grupo de mediocridad, sino no los llamaríamos mejores, ¿no?
Toda competencia es buena, y desde ya te digo que el hecho de estar publicado en papel por medio de una editorial tradicional no es signo de calidad, ¿o te tengo que recordar las copias que ha vendido Dan Brown? ¿O qué decir del fenómeno de "50 Sombras de Grey". Vamos, literatura "de calidad".
La publicación digital es una nueva sabana africana en el valle del Riff donde están evolucionando gran cantidad de especies, la clave es ser esa especie que por su calidad fue la que dio lugar al homo sapiens.
De acuerdo con tu punto –y todos-, Javier, no todos los escritores a los que las editoriales tradicionales publican son de calidad, por eso en el texto siempre recalco que “no todos”.
EliminarLas preguntas que formulas son exactamente mi ejemplo de mala literatura; otro punto de acuerdo.
Qué bueno que tu comentario va relacionado a la evolución, ahí está el punto del texto y al final de cuentas cuando dices “la clave es ser esa especie que por su calidad fue la que dio lugar al homo sapiens”: solamente los más capacitados o más fuertes sobrevivirán. Tan de acuerdo estoy que el punto no es estar en contra de la evolución del libro digital sino la rapidez con la que se está dando el fenómeno. Hay que echar ojo en cuántas especies y millones de años tuvieron que pasar para dar origen al nacimiento del Homo Sapiens (y cuántos más en su desarrollo).
Saludos.