Cuando la luz se exilió
de la visión de aquel hombre; lo absurdo llegó dando imágenes y muestras de él
dormido sobre su cama; la oscuridad posada sobre todo lo real, no fue factor
para el que siente que lo que está ahí no es más que lo que dejó de ser. En
estado de ingravidez, la locura creyó el poeta inevitable: tanto tiempo en el
intento de domarla, cae en cuenta que fue en vano intentar la dominación -al
final la locura cernida ante el noble, no hay más que la rendición-. Hecho esto,
el hombre, y casi sin serlo ya, vio, al levantar la vista, el paso poético por
excelencia y no dudó en ir allá, guiado por lo que siempre fue sin pedir serlo
-y vaya acto de gratitud del que abrió aquel agujero por donde el poeta entró-,
se dejó llevar, dando uso de su más rítmico nado.
Les comparto la portada del segundo número de la revista literaria Monolito . El arte en portada es del artista plástico José Molina Jule (El Salvador) con su obra Verdugos de Magdalena. En el número 2 de la revista Monolito encontrarán el ensayo de Gerardo Bono González (México) llamado “El libro sobre la silla” en donde el autor inicia cuestionándose: “¿Debe haber un libro en la silla presidencial? ¿Qué repercusión tienen las lecturas de un primer mandatario en la toma de definiciones? ¿Quiénes gobiernan mejor, los presidentes que han leído, por lo menos a los clásicos, o quienes definitivamente no han recurrido a la literatura para ampliar su acervo cultural?”. Con las letras aún de luto, el escritor y poeta Alejandro Montaño (México), escribe desde lo más profundo de su alma “Carlos: escritor de pluma fuente” a manera de ensayo-descargo por la partida de Carlos Fuentes. Javier Sachez (España) cruza el océano para ofrecernos una reseña literaria acerca del ...
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