Todos van siempre hacía alguna parte, todos vamos siempre hacía algún lugar ¿adónde?: a la casa de nuestros padres, de los abuelos; al trabajo, al parque, al centro comercial, al encuentro con quién sabe quién, a la despedida: al futuro…, siempre, hay que estar en uno de los infinitos sitios del mundo, a los que llegamos solamente para volver a irnos. ¿Cuál de esos tantos lugares nos espera? Estamos condenados a llegar al final -al espacio ideal utópico, de las cosas invisibles, al de la felicidad, de la paz-, porque no dejamos de irnos, mas no queremos llegar solos, sino tomados de la mano o abrazados de alguien, siempre, tal vez, para hacer menos pesada la eternidad.
Les comparto la portada del segundo número de la revista literaria Monolito . El arte en portada es del artista plástico José Molina Jule (El Salvador) con su obra Verdugos de Magdalena. En el número 2 de la revista Monolito encontrarán el ensayo de Gerardo Bono González (México) llamado “El libro sobre la silla” en donde el autor inicia cuestionándose: “¿Debe haber un libro en la silla presidencial? ¿Qué repercusión tienen las lecturas de un primer mandatario en la toma de definiciones? ¿Quiénes gobiernan mejor, los presidentes que han leído, por lo menos a los clásicos, o quienes definitivamente no han recurrido a la literatura para ampliar su acervo cultural?”. Con las letras aún de luto, el escritor y poeta Alejandro Montaño (México), escribe desde lo más profundo de su alma “Carlos: escritor de pluma fuente” a manera de ensayo-descargo por la partida de Carlos Fuentes. Javier Sachez (España) cruza el océano para ofrecernos una reseña literaria acerca del ...
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