Sobre la novela Yo
(el otro) Octavio
“Octavio y nada más” habita una irrealidad en la que se desata el
monólogo (¿o alguien lo provoca?) de un muerto, y que él sin embargo se
pregunta: “¿por qué no puedo terminar de morirme?”. El dolor desde un lugar en
el que aparentemente no debía de darse nada, de ocurrir, de suceder, de pasar
lo que le ocurre a los vivos, se presenta inherente a ese “hombre” que no deja
de ser. La voluntad, la creencia, los estigmas, los recuerdos, las ansiedades y
obsesiones, la manía, el amor y una Carmen que lo habita entero, y el sinfín de
esencias y sustancias que forman a Octavio se mezclan y convulsionan sin
ninguna razón aparente; y de todo esto surge la voz, el habla de ese alguien
que reniega su propia naturaleza.
Yo (el otro) Octavio
es una novela en la que el autor busca el movimiento en la prosa, dinamismo
visual con esto consigue una lectura fluida, pausada, en calme; a veces,
ríspida, vertiginosa, delirante, obsesiva. El amor desencarnado, natural,
pasional, habita y discurre por los trece capítulos que componen esta novela
circular (por su estructura y fondo) que busca atrapar al lector no solo con su
narrativa sino también con el toque poético.
Fragmentos:
“Fui
y soy corteza de árbol echada en bolsa negra, vaso de agua turbia, vaso de vino
agrio, vaso de agua de charco, vaso de tequila sin gusano, jarrón sin agua; soy
y fui hoja y hierba; cigarro, compulsión, obsesión, indiferencia, mentira,
nervios, engaño, infidelidad, presión, angustia, dolor, pánico, odio, rencor,
negación, vicio. Fui y soy oscuridad, negro; convulsión al ponerle la cruz en
la frente, soy lengua muerta al toque con el agua bendecida, pecador, mi propia
culpa, mi propia furia, repetición, fracaso continuo, contradicción, histeria,
contorción corpórea y, sin embargo, deseo plenamente la transparencia, la luz.
Pero estoy solo y yo solo no puedo ser más que todo eso”.
“Nos
buscábamos para el juego nocturno de pláticas sin línea preconcebida, solamente
el arte de enamorarse a base de anécdotas para conocernos más íntimamente, y
con ello la palabra “amor” salida de entre todo ese sinnúmero de palabras,
luego el momento incómodo pero a la vez bello, con equilibrio conseguido, de la
relación entre dos almas alineadas para poder sentirse en lo espontáneo. Así,
horas y horas seguíamos el juego de las conversaciones inacabables, con las
ganas de no aburrirse nunca uno del otro.
Tiempo, el tiempo allí deja de ser importante, qué importaba que
fueran las cuatro de la madrugada si aún había mucho por decirse, más cuando el
sueño no llegaba y nadie quería que llegara si después de todo no alcanza el
día para terminar de enamorarse.
Uno
que otro beso le lanzaba tímidamente desde el otro lado del auricular, mientras
el corazón latía con la fuerza de la pena; la rosada risa de Carmen apenas la
escuchaba y me hacía sentir que había dado en el clavo, que ella esperaba un
gesto, un detalle que le permitiese ver que yo no temía abrirme por completo”.
“Consumidos
por nuestras palabras echamos los pasos y éstos siguen una calle empedrada,
angosta, parece adelantarse a nosotros de tan larga y la zigzagueamos no
sabiendo bien a bien nuestro rumbo, para que no se nos acabe nunca. Andamos y,
aún mejor, cuando ella busca mi mano, sus dedos se desemperezan y el brazo lo
extiende un poco para buscar mi mano que cuelga despreocupada. Siento su mano
acercarse y en el roce me hago con su mano, como una hoja que se desprende del
árbol por puras ganas, y así la llevo por las calles tratando que esa sutil
mano no se me deshaga entre mis dedos, porque pienso que no quiero perderla
nunca, no quiero ver sus pedacitos de hoja tirados por la calle, para no tener
que darme vuelta y ver lo que ella fue para mí una vez que se me haya ido”.
“Yo,
Octavio, siempre fui un hombre dispar que se tenía que ver desde lejos, de
afuera, como visto desde atrás de un cristal empañado, así, mejor así decía,
siempre, porque nunca paré de decir ni un solo instante aunque solamente fuese
en mi mente, en ese adentro en el que me acostumbré por años a habitar para
sentirme apartado, alejado, incierto, con el otro, con mi otro, ese que nunca
quiso dejarme. Hasta allá algunos se animaban a verme un tanto dubitativos, sin
saber bien a bien qué esperar del que prefiere alejarse para no entrar al juego
de conocerse, del ser amigos que es más una necesidad que un querer, esa manía
antropológica de socializar, y para qué si en el dar y recibir (aunque más dar
que recibir) está todo el sufrimiento, porque la vida es extraña tanto como su
gente, cómo yo, que soy tan igual a todos, que me siento extrañado por serlo,
más ahora, mucho más: paradoja".
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Biografía
del autor
Juan
Mireles
Escritor (Estado de México, 1984) y
director editor de la revista literaria Monolito (México). Ha sido
publicado en la revista española Palabras Diversas (España), Letralia
(Venezuela). Cronopio (Colombia), Cuadrivio (México), El Búho (México), Punto en línea (UNAM. México), Justa
Revista Digital de Editorial Jus (México), Radiador Magazine
(México). Revista Anomalía (México), ABN Arte Buhonero (México), Revista Factum, Revista Biografía (Brasil), Cinosargo (Chile), La ira de
Morfeo (Chile-Argentina); Agrupación Puerta Abierta Chile-México. Letras
de parnaso (España), Nagari (EUA), Los sábados, las prostitutas
madrugan mucho para estar dispuestas (España). Almiar (España). Suicidas
sub 21 (Perú); suplemento cultural La Jirafa del Diario Regional de
Zapotlán, Jalisco. La pluma afilada (España). Revista Inopia (Puerto Rico), Letras en Rebeldía (México). Textos
suyos han sido integrados en la antología Memoria
2012 del club de escritores Palabra
sobre palabra publicado por Editorial Círculo Rojo (España). Prologó
el libro premiado Job aterido del escritor español Javier Sachez.
Editorial Seleer. España. 2012. Participó con el ensayo “La violencia como
producto de la sociedad” en el Segundo Encuentro de Escritores por Ciudad
Juárez, simultáneo Colima. Formó parte del jurado del I Premio palabra sobre
palabra de poesía. Mantuvo por un año (2012) el espacio Cuentos que me cuento en la web española (ya desaparecida) La pluma afilada (España).Actualmente mantiene
una columna semanal en Revista Biografía (Brasil).
Autor de la novela Yo (el otro)
Octavio (Ediciones El Viaje. Colección sinlímite). Correo
electrónico: yoelotrooctavio@hotmail.com Blog personal: http://wwwjuanmireles.blogspot.mx/
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