Un hombre común salió del centro comercial sin prisa; paró un taxi, y en él, se alejó. Adentro del inmueble dejó un maletín recargado en uno de los pilares, escondido detrás de una maceta de gran tamaño, en el área de comida. El movimiento en el centro comercial era el típico: gente entrando y saliendo de las distintas tiendas de ropa, pocas bolsas de compras en mano. Los restaurantes de comida libanesa, italiana y china con buena cantidad de comensales. La afluencia de personas en las salas de cine era el esperado en un sábado por la tarde. Parejas jóvenes iban de un lado a otro del centro comercial simplemente para pasar el rato, distraerse, mirar aparadores sin comprar nada; se detienen en un café para platicarse el futuro. Al guardia de seguridad de la tienda de venta de celulares ya comienza a sentir flojas las piernas y aún le faltan 3 horas para terminar un turno de 12 horas. Los baños lucen agobiados de tanta entrada y salida de personas que necesitan aliviarse. En e...