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Mostrando entradas de junio, 2012

Otoño

Hace mucho tiempo que dejó de ser feliz. Se deshacía de la sonrisa cada mañana al echarse agua en la cara, el líquido se llevaba todo lo que era por el drenaje. Al mirarse en el espejo que, apenas alcanzaba a encasillar su rostro, se reconocía en partes, como en recuerdos, imágenes de lo que algún día pudo haber sido. No es viejo; no ha llegado al punto de volverse y lamentarse, pero está tan lejos de ser lo que quiere ser. Piensa en que la vida es injusta, exageradamente traicionera y trágica. Se echa en el sillón, prende un cigarrillo, pero se acuerda que no puede fumar y lo apaga, lo deja. Ve la botella de vino y al abrirla siente en el estómago el por qué no puede tomar, deja la botella sobre la mesa. No hay voces a quienes escuchar, ni sabe el camino para hallarlas. Busca una salida, su válvula de escape, el sentirse vivo al menos por un momento para no saberse tan solo. Camina por el pasillo, llega a la pequeña mesa en medio del túnel confuso de su depresión, presiona lenta

Decirse

Juguemos a decir tal o cual cosa, que todo valga. Injúriame, qué esperas… Subnormal. Suave, apenas sentí una caricia. Manipulador. ¡Ja! Me has dejado un ínfimo dedo marcado en mi mejilla. Corrupto. Rojo el cachete donde cayó el improperio. Iletrado. Me moviste la mandíbula. Mitómano. Huy, ya no me duele nada… Petulante. Comienzo a aburrirme. Fatuo. No sé qué quiere decir esa palabra así que no vale. Político. Ah, ¿ya me toca?: Pueblo . Y aquel hombre que se cansó de insultar, cayó exhausto sobre el pavimento, al tiempo que escuchaba las risotadas del que lo veía desde arriba.

El hombre de los pasos

Y entonces la sigo, cuidados o y delicadamente la acompaño sin que se dé cuenta. Pasos siguen adelante y el sonido del taconeo se mezcla con los míos, siendo esto mi camuflaje. Mas  vuelve la mirada por sobre su hombro, como advirtiéndome, me hago el desentendido, el que te sigue es otro y no yo, le digo sin decirle. Cruzamos la avenida, juntos, como enlazados por una cuerda que solo se recrea en mi mente; imaginación del que se deslumbra por la belleza que va delante de él. La gente de apoco se va esfumando de nuestro cuadro y estoy expuesto, siento que la ciudad me desnuda, para que ella me vea, pero la dama sigue sin percatarse del que camina detrás de su acompasada figura. Desnudo voy, y es cuestión de tiempo para darse cuenta de lo que soy en realidad. Ella da vuelta a la izquierda a mitad de la calle, es un callejón, para cortar camino y d é paso la fila de edificios que nos flanquean. No puede desprenderse de mí y camino por la callejuela y ya nada queda que pueda usar par

MONOLITO ARTE

Arte de portada: Tango de Virginia Palomeque Con el propósito de darle espacios a las distintas expresiones artísticas nace Monolito Arte. Un brazo de la revista literaria Monolito. En la que tendremos Fotografía, Escultura y Pintura, acompañado de algunos textos, todo enfocado al arte. El primer número de Monolito Arte estará disponible online a partir del 2 de julio. Es una revista bimestral al igual que su revista hermana Monolito. Quedando la fecha de salida del tercer número de la Revista Literaria Monolito el día 2 de agosto. ¡Gracias! Consejo editorial.

Sobre el movimiento y la evolución

Entender la vida, el mundo, el infinito, Dios, el Ser, es muy difícil y ha sido cavilado, estudiado, desmenuzado por muchos pensadores a través de la historia. Grandes filósofos han logrado obtener respuestas pero inmediatamente aparecen más y más preguntas que terminan por consumir la vida de éstos y en el aire quedan esas incógnitas que serán pescadas por otros que tratarán de resolverlas; pero una vez más el tiempo consume los cuerpos y vuelven a flotar esas ideas que llevan un signo de interrogación.  Qué difícil, ¿no? Saber que esta vida no alcanzará para entender ni la mínima parte de lo que somos, de nuestra realidad, de nuestro mundo, de nuestro país. Hay una cosa cierta, una verdad absoluta: existe la evolución y que ésta, como la energía, no se destruye solo se transforma. La evolución no se detiene por nada ni por nadie, es un mecanismo vital que existe en la tierra y en el universo, es su motor que mantiene viva toda especie humana. A su vez la evolución tiene su pr

La plaza

El niño ríe e inunda de carcajadas la plaza; un viejo de bigote ladeado dormita, el sombrero se aferra a la cabeza del añoso. Aquel perro olisquea las rendijas que dejan  las baldosas al pegarse, sigue un rastro, tal vez, el olor proveniente de la carne de hamburguesa que está comiendo el hombre de traje gris que sostiene un refresco medio lleno sabor mandarina con la mano izquierda. De cuando en cuando de la boca del hombre cae un trozo de lechuga al suelo y el perro, que ya está ahí, lame primero la pincelada de mostaza que ha herido a lo verde de la hoja de lechuga. Termina por comerse aquello. Una mujer con ropa deportiva trota. El heladero hace repicar sus pequeñas campanas que cuelgan del tubo con el que empuja su carro de helados, no tiene prisa, los niños gritan y señalan al hombre de los helados, las madres que siguen en la platica e ignoran a los infantes. A lo lejos la pareja se besa despacio, hablan, acarician, él le toca los muslos, ella se pone nervio

Amantes

Acércate, ven, búscame en la noche, en la infinita y alargada oscuridad que se rinde a nuestros pies y sobre ella sentimos el placer de los amantes, de tu blusa desgarrada por los dedos que ya son garras; deja que la lámpara caiga rendida ante nuestros cuerpos convulsos, sigue recorriendo mi cuello con tu boca; busca mi oído y dime lo que tanto quieres. Encuentra la respuesta en las manos que suben por tus muslos y anchas caderas; tus pechos, suaves, como diosa,  que acaricio y quedan sobre las palmas de mis manos. Ya la luna es una piedra muerta que rueda desesperada por el calor de dos soles que se poseen en la penumbra. Deja que la música se deshaga en la habitación, que las notas se transformen en gemidos, en tu respiración agitada y en la mía. Desnúdame. Manos, dedos y yemas suben por mi pecho   y éste las espera rendido, para que lo recorran todo, y subes y encuentro tus labios que transformo con mi boca en cada movimiento. Las copas caen y el vino nos imita en el pi

Gabriel

De las comisuras de mi boca resbalan las letras que debí decirte antes de verte partir con otro. Es tarde, no hay remedio, adusto el gesto que se ha quedado esculpido en mi rostro; la sonrisa no viene más por mí y ni quiero recibirla. Me paso los días tomando café, una taza detrás de otra sin parar en un eterno carrusel de recuerdos mezclados con lo negro de mis lagunas mentales que hacen perderme de momentos que añoro regresen a esta memoria desmemoriada. De nada vale tener todo un álbum de fotografías donde apareces sonriéndome, viviendo años pasados, jugueteando con el gato; dejando que el perro pase su ensalivada lengua por tu cara; las fotos en las que me besas…   No tengo hambre: hay dos rebanadas de jamón, un pan blanco, un vaso con agua, un huevo en el refrigerador, con eso qué hambre me va a dar. Llevo muchos días pensando en si debo comer o no… El golpe que dio la puerta de entrada del departamento al cerrarse estrepitosamente, me sobresaltó y corrí al pasillo…

En mayo

El año rojo se deslava en mí sin consideraciones. El sol se recarga en mis hombros y quema; estornudo los meses que me han picoteado el cuerpo por dentro. Me duele todo y falta junio y julio y agosto y el resto. Las noches se han acortado por el sueño que llega horas antes de lo acordado. Los días me raspan la garganta. El agua ya no ayuda. Lo que me espera lo intuyo y me niego a vivirlo. Me recuesto, sudando, en la cama, enfermo de mi mismo, molesto por lo vivido y por lo que me queda.