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El arte y el alma


¿El arte es el medio por el cual se expresa el alma y es prueba de que ésta existe? Posiblemente, porque el arte a través de sus distintos medios de expresión como lo son la pintura, la escultura, la literatura y demás, es capaz de mover todos los sentimientos que se congregan en el interior del ser humano. Y cada persona ve en una obra diferentes aspectos que la hacen ser única. Así como se dice en la literatura que nunca un libro X leído por la persona A, es el mismo libro del de la persona B aunque el titulo en portada sea el mismo. Las diferencias en el arte radican en las del alma. Y a cada una de las obras que vemos y disfrutamos les tomamos piezas que necesitamos para alimentar nuestro interior. Por eso definir el arte es tarea arriesgada y es adentrarse en un laberinto de ideas, definiciones, características, estilos, etcétera que nunca nos mostrarán una salida pública, una respuesta única.

El alma es un efecto de una causa y el arte es el efecto de otra y todo lo que existe que es claro y distinto por fuerza debe ser una cadena de causas y efectos. Esta serie de causas y efectos son verdades claras y distintas. Pero el arte es un efecto de una causa inmaterial: el alma. Y el alma es un efecto de una causa inmaterial: Dios (lo supremo, lo único, el principio, el origen, lo primigenio, el núcleo o como se le quiera llamar). Si el arte es en verdad producto directo del alma, de lo bello, lo bueno, lo justo y positivo, entonces las artes son justas, bellas, buenas y son producto etéreo de lo perfecto. Tal vez, por ello, el arte es capaz de despertar los más profundos sentimientos y sensaciones que ninguna otra cosa material puede lograr: la felicidad; por descender del que sabe todo del alma, de aquel que dio origen al ser, a lo que somos y que nos ofrece, con el arte, su mas bello regalo inmaterial que se va descubriendo gracias a los artistas que han sido capaces de descifrar y expresar los goces y lamentaciones de lo único que realmente nos pertenece: el alma.  


Texto que formó parte de mi editorial en la edición especial de Monolito arte.




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